Los cierres de trampa están formados por una empuñadura y una pieza de cierre. Al tirar suavemente del mango, el pestillo se sale de la pieza de cierre, permitiendo abrir la puerta. Para cerrar solo hay que ejercer una ligera presión para encajar la pieza de cierre.

La flexibilidad de formas de fijación mediante agujeros alargados permite fijar los cierres de trampa a los más diversos perfiles de sección transversal (de 30, 40, 45 y 50 mm). El cierre de trampa se puede fijar también a superficies lisas fuera del campo de perfiles, como por ej. a puertas con batiente a la derecha o a la izquierda. Por eso, posee una gran versatilidad de aplicación. Se fija con tornillos de cabeza cilíndrica o alomada M6. Con el pestillo cerrado, el cierre de trampa está asegurado frente al desmontaje.

Para áreas de acceso sensibles, los cierres de trampa están disponibles también con una función de seguridad integrada .Están equipados con una acreditada técnica de seguridad codificada mediante un transpondedor y permiten asegurar puertas, compuertas y tapas de protección hasta la categoría 4/PLe. El uso de tecnología de transpondedor garantiza un nivel máximo de seguridad según EN ISO 13849-1 (cat. 4/PLe) e incorpora una salvaguardia máxima frente a las manipulaciones. Se conecta cómodamente mediante un conector M12.

Los cierres de trampa están disponibles en versiones de cierre simple o con seguro. Estas últimas protegen, además, frente a la apertura ilícita. En las versiones aseguradas se puede elegir entre cierre con llave (Euro 5333), con llave cuadrada de 8 mm o con paletón doble de 5 mm.